Sampach Prak
Recordando tu rostro amable y sonrisa paciente, con tristeza recordamos, tenías una palabra amable para cada uno y moriste amado por todos. La voz es muda y apaciguó el corazón que nos amaba bien y sinceramente. Ay, amarga fue la prueba de separarnos de alguien tan bueno como tú. No eres olvidado, querido. Ni lo serás mientras dure la vida y la memoria. Te recordaremos. Te extrañamos ahora, nuestros corazones están adoloridos. Con el paso del tiempo, te extrañamos más – tu sonrisa cariñosa, tu rostro amable. Nadie puede ocupar tu lugar vacante. Todos los recuerdos se quedarán con nosotros. Te amaremos por siempre más. Ni olvidaremos lo que has hecho ni olvidaremos nunca tu amor y cariño.
Salmo 23:1-6. 1 El Señor es mi pastor, nada me falta; 2 En verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; 3 Me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. 4 Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. 5 Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. 6 La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre.
Sam tocó nuestras vidas de formas inolvidables. Todos conocíamos a Sam en diferentes capacidades. Era nuestro nieto, padre, esposo, tío, hermano, primo y un querido amigo para todos nosotros. Independientemente de cómo conocimos a Sam, todos apreciaremos nuestros recuerdos de él. Y todos tenemos la suerte de haber conocido a un gran hombre. Por siempre y para siempre en nuestros corazones permaneces, Sam.